Tallahassee, FL – La Representante Johanna López (D-Orlando) y el Senador Mack Bernard (D-West Palm Beach) han presentado el Proyecto de Ley de la Cámara 109 y el Proyecto de Ley del Senado 662, para prohibir el uso del castigo corporal en las escuelas públicas de Florida. Esta legislación busca actualizar las prácticas disciplinarias del estado y garantizar que todos los estudiantes cuenten con un ambiente escolar seguro y respetuoso.
Florida es uno de los 17 estados donde todavía se permite el castigo corporal en las escuelas públicas. La ley estatal lo define como el uso moderado de fuerza o contacto físico para hacer cumplir las normas escolares. Aunque anteriormente era común en todo el estado, su uso ha disminuido considerablemente por investigaciones que demuestran que es ineficaz, contraproducente y potencialmente dañino. Sin embargo, 19 distritos escolares en Florida aún lo autorizan. Durante el año escolar 2023–2024, el Departamento de Educación de Florida registró 516 incidentes. Además, el 84% de los casos reportados entre 2018 y 2022 respondieron a comportamientos menores o subjetivos, como interrupciones en clase o lenguaje inapropiado, y no a situaciones de violencia o peligro. En muchos casos, los mismos estudiantes reciben castigos reiterados, lo que fomenta patrones negativos de conducta en lugar de corregirlos.
Los estudiantes con discapacidades sufren castigos corporales en tasas desproporcionadamente altas. Durante el año escolar 2023–2024, aproximadamente el 40% de los casos involucraron a estudiantes protegidos por IDEA o la Ley de Rehabilitación, a pesar de representar solo entre el 20% y 22% de la matrícula en los distritos donde se aplicó el castigo corporal.
Las investigaciones han demostrado que el castigo corporal se asocia con menor rendimiento académico, mayor ausentismo, aumento de la deserción escolar y un mayor riesgo de problemas de salud mental. Mientras tanto, algunos distritos que han eliminado el castigo corporal no han experimentado aumentos en problemas de conducta. Métodos respaldados por evidencia, cómo las prácticas restaurativas y los sistemas positivos de intervención y apoyo conductual, han demostrado mejores resultados tanto para los estudiantes como para el clima escolar. Además, el castigo corporal está prohibido en lugares como prisiones y el ejército debido a su potencial de abuso y su incapacidad para promover cambios positivos de conducta.
“Como exeducadora y como madre, sé de primera mano que la violencia no tiene lugar en nuestras aulas. Este proyecto de ley se trata de proteger la dignidad de nuestros hijos, su seguridad y su derecho a aprender sin miedo. El castigo corporal no es disciplina; es daño. Los estudiantes de Florida merecen apoyo, orientación y prácticas basadas en evidencia que les permitan prosperar, no métodos que los traumatizan. Con este proyecto de ley, asumimos un compromiso con la compasión, con una educación moderna y con el futuro de cada niño,” expresó la representante López.
“El uso del castigo corporal es incompatible con los objetivos de la escuela de promover la honestidad, la responsabilidad y la autodisciplina. Los estudios muestran una relación significativa entre recibir castigos físicos en la niñez y comportamientos violentos en el futuro. La violencia genera más violencia, señaló el senador Bernard.
Los proyectos HB 109 y SB 662 eliminan todas las disposiciones en los §§1002.20, 1003.32, 1006.07 y 1012.28 de los Estatutos de Florida que autoriza el castigo corporal, y prohíben su uso en las escuelas públicas en todo el estado a partir del 1 de julio de 2026. La legislación alineará a Florida con las tendencias nacionales y con esfuerzos bipartidistas para proteger a los estudiantes, en especial a aquellos con discapacidades.
Si se aprueban, estos proyectos de ley entrarían en vigor el 1 de julio de 2026.
Legislation to End Corporal Punishment in Florida’s Public Schools
Tallahassee, FL – Representative Johanna López (D-Orlando) and Senator Mack Bernard (D-West Palm Beach) have filed House Bill 109 and Senate Bill 662, to prohibit the use of corporal punishment in Florida’s public schools. The legislation seeks to modernize the state’s approach to student discipline and ensure that all students, regardless of background, ability, or ZIP code, learn in a safe and supportive environment.
Florida is one of 17 states that still allow corporal punishment in public schools, a practice defined in law as the “moderate use of physical force or physical contact” to enforce school rules. Although once common nationwide, school corporal punishment has fallen sharply out of favor as research increasingly shows it is ineffective, counterproductive, and potentially harmful. Despite this, 19 school districts in Florida still authorize it, and in the 2023–2024 school year, the Florida Department of Education recorded 516 incidents. Additional records show that the vast majority of these incidents, 84% between 2018 and 2022, stemmed from minor or subjective behaviors such as “inappropriate language” or classroom disruption, rather than violence or danger. Many of the same students are punished repeatedly, reinforcing long-term negative outcomes rather than improving conduct.
Students with disabilities experience corporal punishment at disproportionately high rates. During the 2023–2024 school year, roughly 40% of all reported instances involved students covered under IDEA or the Rehabilitation Act, despite these students making up roughly 20–22% of their districts’ populations.
Decades of research show that corporal punishment is associated with lower academic achievement, higher absenteeism, increased dropout rates, and greater risk of mental health challenges. Studies have also linked physical punishment to atypical brain functioning similar to the effects of more severe trauma. Meanwhile, some school districts that have eliminated corporal punishment have not experienced increases in behavioral issues. Evidence-based alternatives, including restorative practices and positive behavioral interventions, have proven far more effective at improving student outcomes. Moreover, corporal punishment is prohibited in settings such as prisons and the military due to its potential for abuse and its failure to support rehabilitation or positive behavioral change.
“As a former educator and as a mother, I know firsthand that violence has no place in our classrooms. This bill is about protecting our children’s dignity, their safety, and their right to learn without fear. Corporal punishment is not discipline; it is harm. Florida’s students deserve support, guidance, and evidence-based practices that help them thrive, not methods that traumatize them. With this bill, we take a stand for compassion, for modern education, and for every child’s future,” said Representative López.
“The use of corporal punishment is inconsistent with the school’s goals of promoting honesty, responsibility, and self-discipline. Studies show a significant relationship between corporal punishment as a child and future violent behavior. Violence begets violence,” said Senator Bernard.
HB 109 and SB 662 remove all statutory language in §§1002.20, 1003.32, 1006.07, and 1012.28, F.S., that authorizes corporal punishment, and prohibits its use in public schools statewide beginning July 1, 2026. The legislation brings Florida in line with a growing number of states which have adopted bipartisan reforms to protect students, particularly students with disabilities.
If enacted, these bills would take effect on July 1, 2026.